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Brezo es el nombre que reciben las ericas y callunas, dos géneros de arbustos de profusa floración rosada, magenta, púrpura, blanca o amarilla. Algunas variedades ofrecen toda su belleza en los meses más fríos del año.
Brezo, calluna, erica, heather: varios nombres que aluden a un tipo de arbustos de densa ramificación, follaje perenne y crecimiento lento, que adoran los terrenos ácidos (pH 3 a 4,5), pobres en nitrógeno y muy porosos, hasta el punto que designan un tipo de sustrato: la tierra de brezo. En algunas variedades, sus diminutas pero abundantes flores cubren prácticamente todo el ejemplar, sin apenas dejar ver sus pequeñas hojas aciculares y sus finas ramas.
Ericas y callunas florecen en invierno y verano, respectivamente. Exigen un sustrato muy ácido (pH 3 a 4,5), pobre en nitrógeno, muy poroso y húmedo.
Hay brezos en flor en distintas épocas del año, según la especie; sin embargo, su explosión de color se asocia sobre todo con los meses de invierno.
Las ericas en invierno
El brezo de invierno son las ericas, todo un género que presenta florecillas más alargadas que las callunas y cuyas distintas especies suelen florecer en la época más fría del año. Muchas ericas crecen espontáneamente en el norte de la Península: la Erica carnea, de flores perfumadas, es el brezo vizcaíno, y la E. lusitanica, de fragantes flores blancas (y, esta vez, floración primaveral), el brezo portugués. Algunos cultivares de E. carnea, como ‘December’ y ‘James Black-house’, producen espigas de flores de varios tonos. También hay variedades de flor blanca y de un brillante color amarillo.
Algunas ericas no levantan más de 30 centímetros, pero la E. arborea o erica blanca es capaz de crecer hasta los 20 metros, como sucede en Canarias. Algunas tienen un porte muy compacto y redondeado y otras más ramificado y salvaje.
Las callunas en verano
El brezo común, o Calluna vulgaris, se caracteriza por sus profusas florecillas rosadas, en las que el cáliz es más largo que la corola y del mismo color. Hay variedades muy llamativas de callunas, como ‘Annemarie’, de abundantes flores dobles; ‘Alba’, de flores blancas; ‘Silver Queen’, de follaje plateado; ‘Westerlee Gold’, de flores blancas y hojas amarillo pálido; ‘Boskoop’, de flores rosadas y hojas que se tornan rojizas en otoño. Las matas de estos cultivares alcanzan entre 30 y 80 centímetros. Las callunas, hoy muy de moda, florecen de julio a octubre, por ello se las denomina también brezo de verano.
CONDICIONES DE CULTIVO
• Exposición: Mientras las callunas aman el sol, muchas ericas prefieren la semisombra.
• Riego: Según la variedad, requieren más o menos riego, pero ninguna tolera el encharcamiento ni la falta de agua.
• Sustrato: No soportan los terrenos calizos, y el sustrato ha de ser ácido. Combinan muy bien con las coníferas. Las ericas se utilizan también en rocallas.
• En tiesto: Si se cultivan en tiesto es muy importante no descuidar el riego; deben regarse por inmersión y procurar que nunca les falte humedad. Con ellas pasa como con las azaleas en maceta, que al menor descuido se secan por falta de agua en el sustrato.